Mi vida, los tacones

Los zapatos son como la ropa interior, algo que da igual si hace frío, calor, viento o lluvia, los usamos constantemente. Es obvio que dependiendo de la época del año usamos un tipo de calzado u otro. En verano son las sandalias o las chanclas y en invierno abundan más las botas o las playeras. Ahora bien, hay un tipo de zapato en específico que da igual en la estación del año en la que nos encontremos porque podríamos usarlo igualmente. Además, podríamos decir de él que es “exclusivo”. Hablamos de los tacones.

Con exclusividad me refiero a que no todo el mundo sabe caminar con tacones y no vamos a engañarnos, los tacones son un zapato complicado de dominar pero, cuando lo consigues, te convierten en una persona que rezuma elegancia. Hay muchas clases de tacones, más altos o más bajos, los que tiene el tacón más grueso o los que lo tienen más fino, los que tienen la punta redonda o los que la tienen en pico… Y así hasta el infinito. La historia de los tacones es curiosa, la primera mujer que los uso fue Catalina de Medici en su boda con Enrique II de Francia. En ese moneto los tacones se asociaron directamente con la nobleza. Además, hay que decir que no solo eran las mujeres las que se ponían zapatos de tacón, Luis XIV, El rey Sol, también uso este tipo de zapato, de esta forma podía disimular su baja estatura. Como anécdota, es curioso comentar que desde que se popularizaron los tacones comenzaron a surgir leyes en su contra, por ejemplo en el estado de Massachusetts (Estados Unidos): Toda mujer, ya se trate de vírgenes, solteras o viudas, que tras darse a conocer esta Ley seduzca o engañe con fines matrimoniales a cualquier súbdito masculino de Su Majestad mediante el uso de tacos altos quedaría sujeta a los mismos castigos que se aplicaban a las brujas.

Para muchas personas los tacones no solo son un tipo de calzado del día a día, sino que les dan otros significados. Por ejemplo, en el BDSM los tacones son un símbolo de sumisión por el dolor que pueden llegar a producir en los pies al llevarlos y en la prostitución o bailes eróticos los tacones son una herramienta elemental porque sexualiza mucho más sus cuerpos.

En cualquier caso, los tacones son maravillosos, excepto cuando llevas seis horas con ellos, en ese momento no le gustan a nadie.

Por Claudia Vaquero Reina