La época del 2000 permitió a la moda evolucionar. ¿Cómo olvidar a Cher en la película "Crueless" en 1995? Cuando su única preocupación era llevar la ropa más atractiva y colorida, y esos trajes escolares los queríamos tener.
La Queen B, hablamos de Blair Waldorf en Gossip Girl, quien supo imponer el estilo classy con sus diademas, era como podíamos sentirnos parte del Upper East Side. Incluso en la serie Blair hace una línea inspirada en sus uniformes del colegio.
Siguiendo con la elite de Manhattan, es necesario nombrar a nuestra rubia consentida: Serena van der Woodsen, amienemiga de Blair, con un estilo inspirado en el de la supermodelo Kate Moss por lo que un aire bohemio con toque de glam rockero se plasma en cada uno de sus looks.
Los colores vivos son parte fundamental de la rubia, sus conjuntos de carácter urbano integran la últimas tendencias y propuestas, de esta manera ha lucido desde minifaldas y shorts hasta paperbag pants, nunca sin dejar de enfatizar su curvilínea silueta.
En nuestra retina tenemos la famosa escena de Holly con su vestido negro y perlas por el cuello desayunando frente a la tienda de Tifany"s en Nueva York. El vestido negro de la marca Givenchy fue deseado por toda mujer. Desde entonces un vestido negro es un básico en cualquier armario, siempre nos ayuda a estar elegantes en cualquier situación.
Del personaje de Rachel Green podemos destacar a parte de su peinado que todas queríamos copiar, su look que era muy de los años 90 pero atrevido a la vez. Sus trajes que usaba de Tommy Hilfiger o sus conjuntos deportivos, eran imitados por todas las mujeres en esos años. Los estilos de esa serie marcaron una época, tanto los personajes masculinos como los femeninos. Phoebe uno de los más divertidos también creó la locura de conjuntar diferentes prendas.
El mítico personaje de Sexo en Nueva York, Carrie Bradshaw marcó en el armario de todas las mujeres del planeta. Todas queríamos tener los famosos "manolos" y conseguir vestidos de segunda mano y tener un estilo de una chica de Manhattan. Su collar con su nombre, el tutú por 5 dólares o su estilo de pelo, crearon un estilo que muchas marcas lo han versionado.
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