No sé para qué compras tantos polvorones, después están aquí hasta marzo..."
Llegados al tercer Adviento, ¿Cuántas de vosotras os habéis preguntado ya cómo va afectar a vuestra rutina la Navidad?
Seguro que el año pasado para el 31 de diciembre nuestro último deseo fue; perder 5 kg, cuidarnos más, ir al gimnasio, dejar de fumar... Todos esos deseos y pensamientos que después se quedan en el aire y que aplazamos por inercia porque llegan los Reyes y "empalmamos" una fiesta con la otra. El caso es que siempre tenemos una excusa para no llevar a cabo los planes que teníamos pensados para nosotros.
Esta semana estaba pensando sobre qué escribir. El viernes por la noche me vino la idea de escribir sobre una dieta de compensación para Navidad, para que no engordemos mucho y nos mantengamos en nuestro peso. Luego me he dado cuenta de que estoy cansada de vivir como la sociedad quiere que viva, que estoy harta de intentar parecer una barbie. Las mujeres de hoy prefieren tomarse un buen vino, degustar un buen manjar, comerse un polvorón con la abuela, porque puede ser que estas sean sus últimas Navidades y disfrutar del momento, antes que irse al gimnasio y ponerse a dieta también en estas fechas.
Indagando un poco por la red, me he percatado de que muchas revistas han escrito sobre esto pero a la inversa, nos dan pasos a seguir para no engordar, no caer en las tentaciones y mantener el tipo para poder llegar en forma al 1 de enero.
Y digo yo, ¿No tenemos suficiente los once meses restantes del año?
Cuidarse es importante, comer saludablemente y hacer deporte, hace que nos sintamos mejor, estemos de mejor humor y nuestra autoestima se dispare hasta los cielos cuando entramos de nuevo en aquellos pantalones tan guapos que dejaron de valernos hace un par de navidades.
No hagamos caso a las dietas de compensación, no hagamos dietas DETOX el día después a una comida copiosa, porque es peor.
Lo que yo aconsejaría es, disfrutar de estas fechas, porque tu hermana se irá de nuevo al país donde reside y no podrás tomarte con ella ese "vinito" que tanto os apetece. Deleitarse con esas galletas que tu madre ha estado haciendo toda la tarde expresamente para ti, gozar del cóctel que tu padre prepara cada año que tanto gusta y que dejaste de beber por miedo a engordar. Disfruta, porque las navidades tardan mucho en volver y tu gimnasio no se va a mover de esa calle.
El único consejo que yo daría es, no comer más cuando ya estemos llenos. Comer por comer no. Cuando pase toda esta vorágine de comidas de empresa, cenas familiares y fiestas, volvamos de nuevo sin pereza a la rutina; a las ensaladas, al arroz con pollo y al cardio matutino.
Desde No Solo Moda felices fiestas y próspero año nuevo a todos nuestros lectores.
Desde No Solo Moda felices fiestas y próspero año nuevo a todos nuestros lectores.
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Carmen Galdeano.
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