He estado sin escribir esta
semana porque me he quedado loca al leer una noticia que me impactó bastante.
Al parecer, en Estados Unidos de América, en Georgia, más exactamente en la
ciudad de Foresk Park, donde su excelentísimo alcalde ha decidido que dar el
pecho en público a un niño mayor de dos años es un delito equiparable a un acto
indecente o de provocación sexual. Por lo tanto ha PROHIBIDO AMAMANTAR EN
PUBLICO.
Como os podréis imaginar, me
quede estupefacta al leerlo, pero también me lanzaron varias preguntas a mi
cabeza; ¿vivimos en un mundo lleno de enferm@s que se excitan viendo amamantar
a un bebe o niño?, ¿somos capaces de comparar un acto sexual o de provocación
con dar de comer a alguien?, ¿Por qué?, ¿Por qué se ve un pecho, un pezón… el acto de chupar?
En mi opinión es asqueroso. Estamos rodeados de depravados mentales. Y, yo como
mujer joven que soy pienso… entonces, cuando me pongo un vestido o camisa con
escote, y se me ve el pecho en un momento dado… ¿también estoy cometiendo el
delito de incitación sexual? Ahí lo dejo. Pero yo en esta foto lo único que veo
es un acto de amor maternal de una madre hacia su hijo, que solo quiere que coma
y crezca sano.
Volviendo aquí en España,
por suerte, no tenemos políticos que piensen así. Lo malo, que si hay personas
que piensan de esa forma. Mi marido, me contó hace dos días, que, volviendo en
el metro de trabajar, había una mujer en el vagón del metro dándole de comer a
su bebé (0-1 año), y que, casualidades de la vida, en el vagón solo estaban
unas personas mayores, gente universitaria, la mujer y él, y que las únicas que
protestaban, hacían comentarios, aspavientos y ponían malas caras eras las
personas mayores. Con esto no quiero decir que todas las personas mayores sean
iguales, pero si es verdad que un mayor número de ellos, son los que
protestan. Y yo me pregunto ¿Por qué?, ¿es que ellos no comían cuando eran
bebes, o su madre les abandonaba sin su leche materna?, porque en esas épocas,
dudo que existieran los saca-leches que existen ahora. También hay que
mencionar los innumerables casos de expulsión de lugares como museos aquí en Madrid, por amamantar a
su hijo. En muchas ocasiones, recurren al famoso derecho de admisión. Pero…
¡já!, en este caso, mamás ganáis y por mayoría absoluta, pues en el derecho de
admisión pone lo siguiente (copio y pego para no equivocarme):
Ley 17/1997, de 4 de julio, Art 24.2. Los titulares de
establecimientos y los organizadores de espectáculos o actividades recreativas
o personas en quienes deleguen podrán ejercer el derecho de admisión. Este
derecho no podrá utilizarse para restringir el acceso de manera arbitraria o
discriminatoria, ni situar al usuario en condiciones de inferioridad,
indefensión o agravio comparativo. El derecho de admisión deberá tener por
finalidad impedir el acceso de personas que se comporten de manera violenta,
que puedan producir molestias al público o usuarios o puedan alterar el normal
desarrollo del espectáculo o actividad. Las condiciones para el ejercicio del
derecho de admisión deberán constar en lugar visible a la entrada de los
locales, establecimientos y recintos.
Esto quiere decir que, a no ser
que arme “bulla” dando de comer a vuestro hijo, o alteréis de manera violenta
el desarrollo de la actividad, no os pueden echar a la calle. Es más, os
instigo a que denunciéis cualquier tipo de acto malo, hacia vosotras en ese
momento tan bonito como es la lactancia. A parte de esto, España está
implicada en la Convención de los Derechos del Niño de Unicef, de obligado
cumplimiento, donde se dice: Art 24, 2, e) Asegurar que todos los sectores
de la sociedad, y en particular los padres y los niños, conozcan los principios
básicos de la salud y la nutrición de los niños, las ventajas de la lactancia
materna, la higiene y el saneamiento ambiental y las medidas de prevención de
accidentes, tengan acceso a la educación pertinente y reciban apoyo en la
aplicación de esos conocimientos. Y también participamos en
la Declaración de Innocenti, en la que se protege y se apoya la lactancia
materna. Por no hablar de la OMS, que claramente nos invita a la lactancia
materna exclusiva hasta los 6 meses, y continuar con alimentación
complementaria al menos hasta los 2 años.
Además, la OMS establece que lo
recomendable es que un bebé sea amamantado de manera exclusiva y a demanda
hasta los 6 meses y la Declaración de Innocenti de 1990 dice que los
gobiernos y organizaciones internacionales deben:
Diseñar estrategias de acción para la protección, promoción y apoyo a la
lactancia materna, incluyendo una monitorización y evaluación global de esas
estrategias.
Apoyar análisis situacionales y encuestas nacionales y el desarrollo de
objetivos y metas para acción; y
Animar y apoyar a las autoridades nacionales en la planeación, implementación,
vigilancia y evaluación de sus políticas de lactancia materna.
Burocracia aparte, también hay que
mencionar, los problemas de salud que acarrea el no amamantar al bebé y que
pueden desarrollarse en problemas muchos más grandes para la madre. Porque
darle el pecho al bebé cuando él te lo pida y donde el te lo pida, no es por
fastidiar sino porque está hambriento, y
si no le damos el alimento, se pondrá irritable, pondrá en peligro su salud y
pondrá en peligro la continuidad de su lactancia. En las madres que no dan el
pecho regularmente, sufren dolores tremendos de mamas llenas, obstrucciones en
los conductos, infecciones como la Mastitis y la insuficiente producción de
leche.
Después de todo esto, solo quiero decir a las
mujeres mamás que lean esta publicación, que griten sus derechos, que si les
incriminan, les miran mal, las insultan o las repudian de algún sitio, que no
os calléis, que levantéis la voz y reclaméis vuestros derechos como mujeres y
como madres que si alguien se queja solo hay que recordarle, que él también comió
de su madre cuando era un bebe, pues todos en nuestra vida, nos guste o no,
hemos sido bebés y solo hemos encontrado esa paz maravillosa en los brazos de
nuestras madres al lado de su pecho y con el calor de su corazón y amor.
Garbiñe
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