Quien te quiere, no te maltrata.

Unas semanas atrás me topé en internet con una noticia que reseñaba la no grata experiencia de una madre al tener que  llevar a su hija al hospital debido a unos golpes que recibió por parte de uno de sus “compañeritos” de clases.

La noticia no se basaba en el porqué de esos golpes sino en el comentario por parte de uno de los enfermeros hacia esta pequeña: “seguramente le gustas”  

A lo largo de nuestra crianza, nos han intentado enseñar que “cuando te molestan, es porque le gustas” pero la madre de esta pequeña definitivamente está muy clara en algo: el que te quiere, no te maltrata y basándose en ese principio tan elemental, realizó una queja a través de su cuenta en Facebook y fue así como en el hospital se enteraron, tomaron cartas en el asunto y listo.

Al menos podemos suponer que esa nena está con una madre que tiene muy bien puestos los pies sobre la tierra.

Pero esto no termina aquí. Justamente hoy revisaba mi abandonada cuenta en Facebook y noté que varios de mis amigos habían compartido un video que aparentemente era de una boda, no soy de las personas que dedica mucho tiempo a dicha red social, pero me llamó la atención y quise reproducir el video, lo que pasó después fue tan triste y preocupante que decidí que era necesario escribir acerca de eso.

En el vídeo se puede ver cómo EN EL DÍA DE SU BODA un esposo abusivo se muestra tal cual, sin pudor alguno y lo más lamentable es el lenguaje corporal y la actitud que en ese momento tuvo la novia, yo solo pude pensar: “necesita salir de esa relación”, no sé qué tan reciente sea el video, solo sé que el resultado es el mismo: abuso.

¿Y si esa novia hubiese tenido una madre como la que tiene la niña que les mencioné al principio, qué hubiese pasado?

¿Si ella hubiese crecido sabiendo que vale mucho y que nadie debe golpearla o abusar de ella, qué hubiese pasado?

Yo les tengo la respuesta esas preguntas: Simplemente ella no hubiese entrado nunca a una relación como esa y lo más lamentable del asunto es que se notaba que no era la primera vez que él reaccionaba de esa manera.

Es lamentable ver casos como este, pero para que no quede duda, la respuesta por parte de esta víctima forman parte de un síndrome en particular: Síndrome de la mujer maltratada, y existen algunos unos puntos a considerar cuando se habla de este síndrome:

El maltrato repetitivo disminuye en la mujer su capacidad para responder.

Su personalidad pasa a ser pasiva y sumisa.

La mujer pierde la habilidad cognoscitiva para percibir el éxito.

Está convencida que cualquier actitud que adopte no le traerá resultados favorables.

La mujer maltratada está segura de que nada de lo que ella haga alterará el futuro o su destino.

El sentido de bienestar emocional se vuelve precario y, por tanto, más propensa a la depresión y a la ansiedad.

La Dra. Lenore E. Walker, psicóloga experta en el estudio del maltrato en la mujer, explica que el ‘Síndrome de la Mujer Maltratada”, se presenta en las mujeres que han experimentado violencia recurrente, quedando incapacitadas para controlar su voluntad a través del tiempo, desarrollando así la “condición de indefensión o impotencia aprendida”. Esto impide que una mujer maltratada pueda percibir o actuar cuando se le presenta una oportunidad para poder escapar de la violencia y hace que las mujeres se sientan incapaces de poder controlar positivamente sus vidas. Es lo que la afecta negativamente y la  retiene en la relación abusiva.

¿QUÉ HACER?

¡Romper el silencio!

Debido a las características que se presentan en este síndrome, la mujer llega a creer que en realidad ese es el trato que “merece”, y difícilmente pueden salir de este círculo vicioso sin nada o nadie que las oriente, las motive y las ayude en este proceso, pero ROMPER EL SILENCIO y BUSCAR ayuda es fundamental, a final de cuentas: todo depende de ella.

  ➨  @Ysdesousa