Últimamente, sobe todo para los mayores de 25, hemos escuchado eso de "trash the dress". Pero, ¿qué significa trash the dress?
Como traducción, significa algo así como "estropear el vestido", y es la última moda en la fotografía de bodas. Antiguamente, en las bodas de nuestros abuelos, tenían suerte si se quedaban con dos o tres fotos. Posteriormente, cuando ya se elaboraban books profesionales, se tenían esos álbumes de fotos en diferentes localizaciones y posturas. Actualmente eso ya está muy visto. Estamos aburridos de ver en la repisa del salón la foto típica de boda de nuestros padres y buscamos ir más allás, ser más creativos.
Estamos en una época en la que se contratan wedding planners porque se busca esa originalidad y personalización que hacen que una boda sea especial y diferente. Y, si se hace en toa la ceremonia, ¿cómo no se va a hacer también en las fotos?
Trash the dress es una tendencia en la que el fotógrafo se centra en el vestido de la novia, una vez que la ceremonia ya se ha celebrado y el vestido ha sido lucido. Es bien sabido que, una vez pasa la boda, el vestido pasa a ser otra reliquia en el armario. Esta tendencia busca darle a ese vestido otro uso más. Eso sí, para destrozarlo.
En las fotos, el vestido se moja, se rompe, se mancha... Desde meterse en el mar, o en un río, o tumbarse en lugares que ensucia el traje, como tierra húmeda, etc. La idea es perderle ese respeto al blanco, dejar a un lado la seriedad del matrimonio para demostrarle al mundo que son una pareja moderna y bien compenetrada.
En este tipo de fotografía se busca exaltar el romanticismo, la locura y la alegría. No basta con mirar a la cámara y sonreír. En algunos casos se hacen cosas divertidas, en otros deportes de riesgo, o se recrean películas o papeles que disfruten los novios. Todo vale.
La conclusión es clara: ¿No es mejor utilizar el vestido para un recuerdo para toda la vida en vez de dejarlo abandonado cogiendo polvo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario