Últimamente no se habla de otra cosa en decoración que el estilo shabby chic. Es un estilo totalmente naif, inocente, dulce y de colores suaves. Resalta la feminidad de la casa, la tranquilidad y la sensación de un hogar cálido y tranquilo, a la antigua usanza.
Hoy os enseñaré algunos ejemplos de este estilo, que se puede aplicar a otros ámbitos, como bodas o customización de objetos, y os daré las claves para empezar a disfrutar de él.
-Flores: Este estilo lleva flores por todas partes. Sobre todo se trata de rosas y peonías en colores rosas, pero toda flor es bienvenida. Ya sea print, bordado, flor de verdad, pinrtura... Todo vale. Debe ser muy bucólico.
-Base beige o blanca: El shabby chic se combina sobre una base beige o blanca. Ya sabéis, el beige es un marrón muy clarito. Combina con todo y sobre todo con los colores más usados en este estilo a la perfección, y aporta ese aire de antaño.
-Colores pastel: Sobre todo rosa y azul. Este estilo se caracteriza por evitar los colores fuertes y dar esa sensación de dulzura idílica.
-Vintage: El shabby chic es totalmente vintage. Tiende a recrear esa decoración de casa de campo de la abuelita, con manteles con puntilla y pintura en las mesas que simula el paso del tiempo (aunque es nueva).
-Hecho a mano: Sea manual o no, tiene que dar la sensación de ello. Mantas de patchwork, cojines bordados, cortinas a medidas...
-Pasteles y cosas dulces: Otro de los motivos recurrentes de los prints, bordados o pinturas de este estilo son los pastelitos, como los cupcakes, ya que responden a esa idea de dulce y naif.
-Prints: Otra de sus características es la mezcla de estampados. Lunares, flores, estilo vintage... Se utilizan para toda clase de superficies, paredes y tejidos.
Espero que este estilo os haya enamorado tanto como a mí.
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