Aunque la Navidad es una fecha que nos hace pensar en momentos de paz y felicidad, en realidad durante estas fechas nuestra ansiedad aumenta.
La ansiedad es una emoción normal que nos preparara para afrontar una situación amenazante, como huir ante un robo o pedir ayuda. Sin embargo, la ansiedad se convierte en patológica cuando ya no nos ayuda a cuidarnos, sino que empieza a dificultar nuestra vida y nos angustia, preocupa y estresa. Algunos de sus síntomas son nauseas, cambios en la alimentación, sudoración, cansancio, molestias estomacales, inseguridad, sospechas, incertidumbre, torpeza, impulsividad, aumento de extravíos y confusiones, pensamientos desagradables, susceptibilidad, irritabilidad, dificultad para expresarse y temor a conflictos, entre otros. ¿Te suena conocido?
En esta época nos sentimos más ansiosos porque gastamos más dinero de lo normal y nos endeudamos, también acudimos a más eventos sociales y convivimos con la familia y amigos más de lo acostumbrado. Además, la falta de ejercicio y el aumento de comida y bebida, sumados al cansancio por las compras y los compromisos, nos hacen sentir irritables y colmados.
La principal causa de ansiedad en Navidad es la convivencia familiar. Se suelen generar discusiones porque los niños, y en general, la familia está de vacaciones y no hay tiempo ni espacio para nosotros mismos. También hay presión por ser corteses y evitar conflictos. Por otra parte, las expectativas de una Navidad perfecta son muy altas y si no se cumplen se pueden generar peleas y reproches entre la familia.
¿Qué podemos hacer para relajarnos?
*Busca un amigo cercano con quien puedas desahogarte.
*Trata de ajustar tus gastos de navidad a un presupuesto. Fija un precio límite a los regalos que vas a comprar.
*Pide ayuda a tus seres queridos para organizar las cenas o eventos.
*Trata de tener expectativas realistas. Quizá la convivencia no es perfecta pero trata de enfocarte en los aspectos positivos.
*No te sobrecargues de eventos. Si no deseas ir a alguna reunión no pasa nada si dices “no”.
*Aparta un tiempo para ti. Puedes salir a dar un paseo o encerrarte en tu cuarto veinte minutos para realizar ejercicios de respiración, escuchar música suave o simplemente recostarte en tu cama sin pensar en nada.
*Cuida tu cuerpo. No olvides dormir bien; tomar mucha agua para recuperarte del exceso de bebida; y no abusar de las grasas, los dulces, la cafeína y el chocolate. Asimismo, trata de practicar algún tipo de ejercicio, bastará con dar un paseo de quince minutos.
*Si necesitas relajarte rápidamente puedes tomar un té de toronjil o unas gotas de valeriana. Te sentirás mejor en minutos.
No te exijas tanto, recuerda que nada es perfecto.
¡Diviértete!
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