Taylo Swift tendrá un cuarto álbum de estudio, se titulará Red y saldrá a la venta el 22 de Octubre, casi un año después de la publicación de Speak Now. Este nuevo disco tiene como primer single We Are Never Ever Getting Back Together, que aunque tenga un título larguísimo es una canción pegadiza, como no podría ser de otra manera si la produce Max Martin. Aunque sea pegadiza esta chica rubia que ha revolucionado la música desde su aparición no ha renunciado a su sonido y a su estilo, se ven pequeños cambios pero sigue siendo la misma Taylor de siempre y eso es mucho de agradecer. La verdad es que la canción no es un hit para las pistas de baile pero es muy pegadiza y lo tiene todo para gustar.
El videoclip es divertido, es fresco, la verdad que también se necesita poco para ser original con un clip en los tiempos que corren, donde solo abundan las fiestas en sus distintas versiones. Todo parece apuntar que todo esto esta dedicado a Jake Gyllenhaal, el actor con el que la cantante mantuvo una relación en 2011. El vídeo fue rodado en una sola toma, aunque se necesitaran 17 intento para poder conseguir esto que vemos. Hay que reconocer que Taylor se cambia muy rápido de ropa y que si decidiera dedicarse a la interpretación no le iría nada mal, y es que se nota que tiene esa chispa especial para revolucionar a la cámara.
El videoclip empieza con Taylor en pijama cantando desde su ventana, se pone una gafas de pasta, emulando a su ex, y a continuación se pone a discutir con su novio en el vídeo que se parece extrañamente a Jake para acabar echándole de su piso. Cuando comienza el estribillo llega la parte más desconcertante de todas, una banda de animales de peluche son los encargados de comenzar con lo que acabará siendo una fiesta por librarse de ese chico. La cantante desaparece, nos quedamos con la banda de animales y cuando las paredes se apartan ella luce unos shorts y una camiseta de lunares mientras es ignorada por su novio tanto cuando están juntos como cuando él está en una fiesta ligando con otra.
Uno de los animales toca en el bar para dar tiempo a los protagonistas a cambiarse de ropa y aparecer en un coche de papel en el que discuten, mientras en la parte de atrás está toda la banda de animales haciendo el tonto, lo que les da tiempo otra vez para cambiarse de ropa. Ahora en una escena de invierno el le pone su bufanda a ella para que no pase frío pero ella pasa de él y acaba en la cama hablando por teléfono para dejarle claro que no van a volver juntos. Tras la cama aparece otra vez el piso de Taylor, cambiada otra vez de ropa, con una fiesta en la que ella vuelve a darle con la puerta en las narices al pesado de su ex para acabar otra vez sola frente a su ventana.
La verdad es que la idea de grabar en una sola toma ya la hemos visto muchas veces, pero cada artista consigue hacer siempre que sea algo distinto. Swift con sus cambios de ropa y con la banda de animales a conseguido realmente crear algo simpático y gracioso. El vestuario que luce Taylor es actual, algo inocente y con ese toque country que tan bien le sienta y además hay que alabar la rapidez con la que se cambia entre un escenario y otro. Tanto el clip como la canción se han ganado un hueco en el panorama pop y de una forma bien merecida.
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