La Delicadeza (La délicatesse) es una película basada en la novela de David Foenkinos que lleva el mismo título. Es un producción francesa que ha intentado ser todo lo fiel que podía con la novela que ha llevado a la gran pantalla, pero como con todas las adaptaciones cinematográficas siempre encontramos grandes diferencias con el libro. Aún con todo eso la película tiene ese toque que solo puede tener el cine francés y que es capaz de embelesar a cualquiera que este dispuesto a dejarse atrapar por una buena historia poco corriente.
Nathalie, interpretada por Audrey Tautou, es una joven que encontró el amor en un café parisino, que como ocurrió con el Deux Moulins de Amelié tiene toda la pinta de convertirse en un lugar de culto en Paris. Se enamoró de un chico que se atrevió a hablar con ella por lo que pidió ese día en el café. Cuando salen de allí ya han pasado unos años, y es que a lo largo de toda la película vamos a ver grandes saltos en el tiempo llevados a cabo de esta extraña manera, que deja al espectador algo confuso, pero que aún así funciona bastante bien y que es utilizado para ser lo más fiel a la novela. Para ella la felicidad junto a aquel hombre era que él hacía que los jueves ya no existiesen.
Ella trabajaba en un teatro vendiendo programas, aunque al final encuentra otro trabajo, él le pide matrimonio y antes de que nos demos cuenta ya están casados. En solo unos minutos hemos visto como han madurado los personajes y como ha cambiado su vida. Justo cuando deciden tener un hijo juntos su marido muere. Nathalie entra en shock, no sale de casa, no va a trabajar, había perdido al amor de su vida.
Tras el incidente, Nathalie se hunde perdiendo la ilusión por la vida y pasa varios años centrada exclusivamente en su trabajo, ya que había ascendido, y deja a un lado su vida sentimental. De pronto conoce a Markus, un compañero de trabajo, que es interpretado por François Damiens, que cambiará la situación en la que se ve inmersa desde hace tiempo e iniciarán un romance lleno de sorpresas, contradicciones y novedades. Esta relación devolverá la felicidad, las ganas de disfrutar y el deseo a Nathalie, pero también despertará la curiosidad de los trabajadores de su empresa que no entenderán la relación y criticarán su idilio amoroso. Una historia sobre las vueltas que da la vida y lo impredecible que puede llegar a ser enamorarse.
La verdad es que es una película hermosa y que merece mucho la pena ver. El film comenzó a rodarse en marzo del 2011 y duró 40 días. La mayor parte de las localizaciones de la película se encuentran en Saint-Denis, que parece que se convertirá en una nueva zona de peregrinación como pasó con Montmartre, garcias a la película que también interpretó Tautou; la zona parisina donde se sitúa la verdadera empresa donde se sitúa la acción. El vestuario de Nathalie es impecable, puede que escaso, pero es aquí donde vemos el saber vestir francés.
Los directores buscaban a una actriz que fuera capaz de pasar rápidamente de un registro cómico a uno más dramático, ver el trabajo de Audrey Tautou en Dios es grande, yo soy pequeña y en la obra La Maison de poupée fue decisivo para los cineastas, que no dudaron en darle el papel protagonista y sin duda acertaron de pleno. La elección de François Damiens para interpretar a Markus fue toda una sorpresa, ya que el casting se centró más en otros actores. Y la música, es perfecta a lo largo de toda la historia; los directores admiraban el trabajo de la compositora francesa Emilie Simon y querían que fuese ella quien se ocupase de la música, aunque hacía poco que había sufrido la pérdida de un ser querido cuando le enviaron una extensa carta donde le pedían que colaborase en el proyecto, dada la situación por la que la compositora pasaba en un principio decidió rechazar la oferta, hasta que un se reunió con los dos hermanos, quienes terminaron convenciéndola.
Yo no puedo más que recomendaros verla. Audrey Tautou hace un papel espectacular, la vemos femenina, delicada, fuerte, consigue hacer tridimensional a un personaje que en manos de otra actriz podría haberse quedado insulso y sin vida. Las narraciones en voz en off de los protagonistas acaban de aportarle el encanto necesario y la fotografía junto con la música hace que lo que estemos viendo sea toda una obra de arte. Si aún no habeis visto La Delicadeza, no se a que estáis esperando, corred al cine.
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