Rupert Sanders ha sido el encargado de dirigir esta versión del tradicional cuento que tiene carencias por todas partes, la historia se muestra vacía y hasta en algunos momento algo inconexa, es como si le faltaran partes y hace que se pierda un poco el hilo, aunque para esto también ayuda la incapacidad de cambiar de registro de la protagonista. Podemos ver la influencia de otras películas de género fantástico aquí, Harry Potter, La princesa Mononoke, Las Crónicas de Narnia y, la que más peso ha tenido, El Señor de los anillos. Es en definitiva una película mediocre que solo sirve para entretener y no en todo momento.
Se nos intenta presentar a una Blancanieves algo más atípica que ha sufrido durante toda su vida, pero que no somos capaces de ver gracias a que la interpreta una Kristen Stewart inexpresiva que nos recuerda en toda la película las caras que no pone. Y es que hace uso de la misma expresión tanta para hacerse la dormida, para atacar, para huir, para montar a caballo, para mirar tiernamente, para tener miedo; en definitiva usa la misma cara de asco y empanada mental, vamos que se pasa toda la película poniendo la misma cara de no enterarse de nada. Solo en algún momento vemos una minúscula sombra de sonrisa y una carcajada forzada, esa es toda la expresividad que puede ofrecernos esta aztriz. Otra cosa que tampoco convence es que esta sea la más hermosa del reino y es que solo la han escogido por su fama y su pálida piel.
La reina malvada, que en esta versión se llama Ravenna, es interpretada por una brillante Charlize Theron, que es capaz de meterse en el papel de una forma que hace que te asustes un poco en tu asiento, consigue darle la fuerza que necesita el personaje y le da los matices de locura justos que requiere el papel de la madrastra. Es una verdadera lastima que una aztriz tan buena y que interpreta el papel así de bien tenga realmente tan pocas escenas y la verdad es que Ravenna podría haber hecho mejorar bastante el resultado final de la película, pero solo se dedica a intentar destruir a Blancanieves que, supuestamente, la supera en belleza y es la única que puede destruir a la reina.
Chris Hemsworth interpreta al cazador Eric, en algunos momentos esta bien y l hace de una forma creíble y en otros pues nos hace notar sus limitaciones como actor. Sam Claflin interpreta a William, el primer amor de Blancanieves y en mi opinión en las escenas en las que aparece junto a Chris y Kristen les hace sombra, al igual que Charlize hace sombra a todos los demás actores incluso cuando no está en escena. Los enanitos interpretados por Eddie Marsan, Toby Jones, Nick Frost, Ian McShane o Bob Hoskins entre otros, son actores de talla media que han sido cambiados de tamaño en postproducción, lo que ha creado controversias varias, aún así estos son los que intentan aportar ese toque humorístico a la película sin llegar a hacer gracia del todo.
Los efectos especiales son lo único que realmente merece la pena, desde el espejo mágico, que es un espejo de bronce del que sale una figura antropomórfica que solo Ravena puede ver, las criaturas siniestras del Bosque Oscuro o las delicadas y tiernas criaturas del bosque de las hadas. Un sin fin de efectos especiales que dan una espectacularidad inmejorable a una película que falla en casi todos los aspectos excepto en la interpretación de Charlize. Solo es recomendaría que la veáis si no tenéis nada mejor que hacer, pero no esperéis ni un gran argumento ni una gran interpretación, solo unos muy buenos efectos especiales y una reina malvada más que convincente.
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