Las nuevas tecnologías no sólo tienen puntos positivos: las personas son cada vez adictas a sus aparatos mágicos que lo hacen todo. Esto es un problema tan real e importante hoy en día que hasta ya se le ha dado un nombre oficial: la "nomofobia", o "la fobia a no tener los teléfonos móviles" (no mobile-phone phobia, en inglés). Hoy en día los smartphones no solo sirven para consultar el mail, navegar en la web, tener libre acceso a mucha información, y jugar , sino también para estar en contacto 24h con sus amigos por el whatsapp, el skype, el facebook, el twitter, instagram, etc…Si uno tiene un uso moderado y razonable de sus maquinitas no hay peligro pero cuando existe la necesidad de conectarse cada cinco minutos al twitter para subir fotos de donde se está y actualizar su perfil 50 veces para contar todo lo que hacemos en cada momento del día, ahí sí que empieza a ser preocupante el nivel de dependencia.
Nunca os ha pasado estar tomando algo con unos amigos y entre el momento que uno va al baño y vuelve, todos han sacado sus smartphone creando paredes entre las personas presentes. Y lo peor de todo, es que cuando por fin levantan la nariz, solo hablan de lo maravillosas que son sus aplicaciones. ¡Es desesperante!
Algunos estudios han sido realizados en Inglaterra e India y demostraron que la población joven es la más afectada por este fenómeno, quienes se ponen en un estadio de nerviosismo y ansiedad si no tienen su móvil cerca. De hecho, cuantas veces habéis oído: “yo, ¡no puedo vivir sin mi móvil!” Un estudio que se realizo en España revelo que una persona consulta en media 34 veces su teléfono móvil en el día. Las razones son varias, siendo el aburrimiento el motivo más común, pero también destacan la dificultad a relacionarse con la sociedad, la falta de seguridad que conduce a estar en contacto con su gente 24 horas, etc…
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